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miércoles, 1 de agosto de 2012

¡Pura vida!

 29 de julio de 2012

A los Chiles, CR., se llega en lancha, así que fuimos a Migración a sellar nuestro pasaporte. El proceso fue normal, hasta que llegamos a ventanilla y en cuanto el oficial lee nuestros datos, grita: "Hay un mexicano". Le respondieron de inmediato y a mí me pasaron a una oficina para someterme a una entrevista sobre mi paso por Nicaragua. Después de 10 minutos terminó la entrevista y yo estaba listo para sellar mi pasaporte, pensé. En ventanilla nuevamente, me indicaron que debía esperar, sin embargo después de 20 minutos me arrimé a preguntar si había algún problema con mi pasaporte. El agente salió de su cubículo y soltó: "Es el proceso que tiene que seguir por ser mexicano. Usted sabe cómo están las cosas por México. Por uno, pagan todos.

Quien me conoce sabe que con lo dicho por el agente me hirvió la sangre, pero me controlé; necesitaba el sello y nada ganaría a mentadas de madre (que debería ser deporte olímpico. Digo, para ir acorde a la temporada). Opté por contactar a tres personas en México de mi entera confianza, que pudieran alertar a la embajada mexicana en Nicaragua sobre mi situación: Gonzalo, Ricky y mi hermana. Hicieron lo posible por comunicarse al consulado, mientras Gonzalo se encargaba de publicar la situación desde mi cuenta de Twitter.

Al cabo de casi 4 horas me devolvieron mi pasaporte y lo pude sellar. En cuanto tuve el pasaporte sellado y bien apretadito en mis manitas volví a preguntar al agente sobre el problema. "Ninguno", dijo. Entonces insistí en el por qué la retención de mi pasaporte y por consiguiente la mía. Y volvió a soltar: "Es el trámite que tiene que seguir por ser mexicano".

Al final tomé sus datos, escribí la dirección electrónica de ese puesto migratorio y me marché.

Mientras todo esto sucedía, llegó una familia holandesa con las mismas intenciones que nosotros, dirigirse a Costa Rica. Comencé a platicar con la mamá y compartimos un poco de nuestras travesías. Se enteraron de mi situación actual y desde ese momento no se separaron hasta que obtuvimos el sello y pudimos viajar todos juntos a Costa Rica.
Pulpería El Jardín

Un abrazo a cada uno, cinco en total, para cerrar el capítulo y seguir cada quien por su camino. Ya en los Chiles comenzamos a rodar a eso de las tres de la tarde y decidimos por pedir alojamiento en una de las casas al lado de la carretera. Los dos primeros intentos fueron fallidos, mas no el tercero.

Nos detuvimos en una pulpería y nos recibieron con gusto. Juan, el encargado, nos dio el SÍ de inmediato y nos ofreció una deliciosa cena.
Plátano frito, arroz, frijoles y salchichón

A la mañana siguiente, a las 6 de la mañana ya estábamos listos para partir, pero el papá de Juán nos gritó: "No se vaya a ir sin desayunar, venga para acá". La mamá de Juan ya tenía listo el desayuno y un rico café como me gusta. Negro.

El camino de los Chiles a Fortuna fue alucinante. Es una carretera callada; sin tráfico; verde por todos lados;  diverso, alternando cielo abierto, nublado y con lluvia.
Ya íbamos hacia la lluvia
La naturaleza

Rumbo a La Fortuna
Paisajes maravillosos
Ya casi, ya casi
15 kilómetros antes de llegar a nuestro destino, nos detuvimos en un puestecito de fruta en donde nos alimentamos sanamente con una papaya y dos naranjas.


A botanear
31 de julio de 2012

Cambiamos la brújula para cerrar el viaje y en lugar de visitar algunas playas, nos quedamos en La Fortuna. Estamos hospedados en el hostal Gringo Pete's y toda la gente es muy amable.

La vista del volcán desde mi cuarto
Para no olvidar nada
Nuestro amigo el sol nos vistió con medias
Aguas termales Tabacón
Tabacón
Lago Arenal
Lago Arenal
Últimos kilómetros por Costa Rica
Abrazo necesario al aire, a mi Libertad








Hemos hecho una amistad increíble con Alex, Dominique, Flora y Mélanie; los dos primeros de Canadá y las dos féminas, francesas. Todos ellos son divertidísimos, arriesgados y llenos de juventud.

En el río
Estos encuentros son previstos, imprevistos y desprovistos. Se sabe que se van a dar, pero nunca se sabe dónde ni cuándo y carecen siempre de toda formalidad. El carácter amistoso de las personas aquí en Costa Rica imita a la naturaleza, fluye como los ríos y se da en abundancia como sus plantas.
Flora, Dominique, Ibri, Mélanie y Alex

Siempre hay una primera vez
La Fortuna es escenario de nuestro cierre de aventura 2012. No crean que me olvido de la despedida y agradecimientos. Pero primero lo primero. A volver a casa.



Vámonos

Con casi lágrimas de felicidad, está lista para volver



¡Listo amor, listo!

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