¡Por fin, salimos de Chihuahua!

El Estado de Chihuahua no es grande, es ENORME. No hay manera mejor de comprobar mis palabras, que recorrer el sur del estado en bicicleta. Y para el clima no tuvo compasión de nosotros. Después de la última publicación, el camino nos desvió 12 kms rumbo al Ojo de Dolores (Ahora Ojo Las Playas, como pude leer en la gorra de un ejidatario, encargado de ese lugar), obviamente, cada kilómetro desviado valió la pena. No sólo por el lugar, sino por las gentes que conocimos. Ahí nos dimos un buen baño para descansar y tener fuerzas suficientes para salir del estado (cometido logrado). Ahí estuvimos platicando con Zenón y su esposa, quienes no podían creer la aventura, y creo que no lograron encontrarle justificación a este viaje. Grandes personas que no dehaban de ofrecernos un taco para que amaneciéramos listos para lo que se aproximaba.

al día siguiente, sábado 26 de junio, iniciamos con el camino hacia Durango. Cosa que no fue nada sencillo. En este recorrido, rodamos casi 130 kms bajo un sol que no conoce de piedades. Con el agua a punto de agotarse (todavía nos quedaba 1 litro) nos topamos con un señor que se ofreció a llenar nuestras botellas para poder seguir. A las casi 3:00 p.m. encontramos un árbol, lo suficientemente grande como para brindar una sombra decente. Para nuestra suerte, ahí se encontraba dscansando un agente de Los Ángeles Verdes, quien nos regaló agua para refrescarnos. Platicando con él, me indicaba que estábamos a una temperatura de 44 grados al sol y 40 a la sombra (aplausos ensordecedores para los electrólitos en polvo). Cuando el sol bajó un poco, nos decidimos a rodar los últimos 20 kms del trayecto para pedir permiso para acampar en una gasolinera. Ahí tuvimos que regalar nuestros tennis para dar más espacio al agua. La gente aquí también se portó de maravilla. Les escribo este post un poco rápido para ir a descansar y seguir.

Saludos desde Gómez Palacio, Durango.