Powered By Blogger

martes, 14 de septiembre de 2010

La recta final y... Mérida.

Laguna de Bacalar



En la ciudad amurallada de Campeche vivimos momentos fenomenales. Las personas que nos rodearon hicieron especial la última parada antes de terminar con la travesía Chihuahua - Yucatán. Para ser honestos, en la mayor parte del viaje me mantuve casi hermético respecto de otras personas ya que dormía al lado de las carreteras o en gasolineras y cuando mucho hablaba con aquellos que me topaba en las mismas, pero la plática siempre versaba sobre esta aventura y en ocasiones sobre la inseguridad en mi estado. Eran asuntos obligados a tratar. Lo mejor era cuando me hospedaba con otras personas y las conversaciones envolvían una variedad rica de temas. Y para completar el panorama siempre he sido un tanto reservado respecto de otras personas, así que de pronto me cuesta tejer relaciones en los viajes. Pues en Campeche no me pude haber hospedado en mejor lugar. El hostal de La parroquia me trató de maravilla. Su administrador, Fernando, es un sujeto de sangre ligera y en cierta manera está relacionado a mi estado natal, entonces hicimos conexión casi de facto. Luego conocí a Adán, con quien tuve un buen primer encuentro: los dos explicando lo más relevante de nuestros viajes y observando la bicicleta del otro. ¿Les conté que él carga de 80 a 100 kgs? Más tarde verán imágenes que captó la cámara de Adán. Pues así pasaron dos días en el hostal.


Paseo Montejo, Mérida.

Nuestra última noche comenzamos a preparar todo desde temprano, cuando una norteamericana, Megan, comenzó a preguntar por el viaje. Comenzamos a platicar y después llegó su novio, Jack, un tipo realmente increíble, entonces la combinación de ambos hizo una velada llena de plática, llena de risas. Ellos vienen de Portland y es su segundo viaje por México. Pues las intenciones mías eran acostarme a las 9:00 pm y levantarme a las 5:00 am. De ninguna manera iba a ser posible. Me acosté pasada la media noche y para colmo, una cucaracha penetró mi tienda de campaña. Cosa bastante común si dejas la tienda de campaña abierta durante horas. Pues a las 3:00 am me percaté de la bonita compañía, así que, pude retomar el sueño a la hora planeada para partir. Finalmente me levanté muchísimo más tarde, desayuné, volví a platicar con Megan y Jack, intercambiamos cuentas de correo y nos tomamos una foto (son sencillamente fantásticos). Después hice un poco de tiempo para esperar a Adán y acompañarlo en su ruta por algunos kilómetros. Así fue, rodamos juntos por más de una hora y nos despedimos. Al final, le regalé el rosario que yo traía colgado y lo volvió parte de su bicicleta.




El preludio antes del cierre de esta aventura fue entonces un lugar común, "sin palabras".

Con toda esa energía llegamos a Mérida por la tarde, creo que a las 8:00 pm. Llegamos con Rafael, a quien conocí hace 2 años en Playa del Carmen. Actualmente, Rafa tiene su propio hostal y amablemente nos hospedó. Nos paseamos por Mérida, comimos un poco de la comida típica y DESCANSAMOS.

El lunes 13 estuve a punto de llorar: envié a la bicicleta de regreso a Chihuahua.


La despedida

De momento, me ha ganado la prisa, pues ya van a cerrar el ciber, pero es necesario tomarme el tiempo de compartir con ustedes algunas reflexiones sobre este viaje, este bello viaje. Por el momento, los dejo con imágenes de Bacalar.

El Fuerte de Bacalar (no yo, el lugar)



Fuerte



El fuerte conserva sus cañones



Vista de la Laguna de Bacalar desde El fuerte.



Fuerte
Saludos desde Bacalar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario