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sábado, 10 de julio de 2010

Guanajuato, Gto.


No necesito decir dónde la tomé, ¿verdad?


Teatro Juárez




¿Recibirías en tu casa a un sujeto que dice venir en bicicleta desde Chihuahua? ¿Le obsequiarías a esa persona un lugar seguro donde pasar varios días? Más aun. ¿Le dejarías tu casa por completo para que él se quede los días que necesite? Todo lo que sostiene a ese ciclista como una "buena" persona es su blog y ni siquiera eso puede ser garantía de que no va a vaciar tu casa. ¿Cierto?
Pues el valiente Beto se atrevió a recibirnos y a DEJARNOS LAS LLAVES DE SU CASA, pues él debía partir al día siguiente a Querétaro. Después de recibirnos con pizza, cerveza y fruta, conversamos un poco y ya al filo de la media noche, a dormir. A la mañana siguiente, nos despedimos y no nos volvimos a ver. En ese momento me di cuenta que no era una broma de Beto el dejarnos las llaves de su hogar.


Vista desde la Alhóndiga

El jueves 8 de julio me levanté casi a las dos de la tarde; una hora después ya estaba caminando por las calles del centro con el estómago vacío, pues no me decidía por un restaurante que me pareciera lo suficientemente barato de acuerdo a mi bolsillo. Al fin, a las 7 p.m. di con un pequeño lugar, "Fonda Antigua" decía el letrero. y al nivel de la calle había un pizarrón anunciando una comida de cuatro tiempos: sopa, ensalada, plato fuerte y postre; agua fresca natural incluida. Todo por $50. El lugar es ampliamente recomendable y el trato de Leticia García, la propietaria dejará satisfecho a los más exigentes.


Fonda Antigua



Después de la comida-cena siguió una larga caminata por el centro histórico, donde ya se escuchaban las roncas voces de los integrantes de las estudiantinas y la algarabía de la gente que se entregaba al nocturno festejo.


Universidad de Guanajuato


En la Casa-Museo de Diego Rivera

La caminata del viernes por el Centro Histórico estuvo acompañada por museos: La Alhóndiga y la Casa-Museo de Diego Rivera. Ambas visitas no del todo placenteras. En el primero porque cinco salas se encontraban en reconstrucción. En el segundo, la guía realizó algunos juicios de valor sobre la vida personal del muralista, en particular sobre su actividad sexual, cosa que nos obligó a alejarnos inmediatamente del grupo de visitantes.
En la noche volvimos a caer a Fonda Antigua a degustar las enchiladas mineras, las cuales se preparan con una salsa hecha de chile guajillo y son acompañadas con papas, zanahorias y una pieza de pollo guisada o frita. Deliciosas.


No podía faltar

Al otro día, la consigna era probar probar las mismas enchiladas en el Mercado de Hidalgo para comparar los dos sazones. Buen sazón en ambos.
El sábado, la comida durante todo el día fue fruta. En esa misma tarde tomamos un tentempié para asistir al Museo de las Momias de Guanajuato, el cual me pareció caro para un paseo corto, que bien se puede realizar en diez minutos. Claro que ignoro cuánto cueste mantener a las momias bien paraditas.
Para la última noche en Guanajuato, la opción para la cena era El gallo pitagórico, restaurante con comida mediterránea, sin embargo, el servicio fue lento, poco atento, la selección de comida reducida y, finalmente tardamos mucho en comer. En fin.
Al día siguiente no se podía hacer menos que dejar en buenas condiciones la casa de Beto, así que la barrida, trapeada y limpiada de muebles precedió nuestra partida.
Sin palabras Beto, ¡¡¡gracias!!!

Siguiente destino: San Miguel de Allende.


Dejando todo limpio

Saludos desde el resstaurante Kuni Doni en San Miguel de Allende, Gto.

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