El domingo 4 de julio, en medio de una media calma en San Luis Potosí, partimos rumbo a Dolores Hidalgo, no sin antes reparar una ponchadura en una gasolinera. Después de terminar la reparación, y antes de llegar al parque Tangamanga, íbamos volteando para todas partes y sucedió de lo que más se cuida un ciclista: una caída. No fue una simple caída, fue una caída a la impactante velocidad de 3kms/h y con más de 30 kgs sobre nosotros. En fin. A las afueras del Tangamanga, aprovechamos para desayunar unas gorditas y un jugo de naranja. A las 11:30 de la mañana comenzaba lo que encuentro difícil de llamar, "nuestra rutina", es decir, vagar nuevamente por las carreteras de México. Todo indicaba que podíamos llegar a Dolores Hidalgo en un solo día, pero el clima nos obligó a quedarnos a 60 kms antes del punto planeado. Por primera vez el aire me obligó a bajarme de la bicicleta y a caminar con ella. Llegamos a San Felipe y la primera impresión fue: "es un pueblo del norte". Ciertamente, en este poblado hay infinidad de vehículos con placas de Estados Unidos y por lo que se ve, mucho paisano de visita.
Nos instalamos en un hotel tremendamente barato, $80 pesos. Ya se imaginarán las condiciones. Por la noche nos salimos a cenar tres quesadillas de bistec. Riquísimas.
Saludos desde Guanajuato, Gto.
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Saludos desde Guanajuato, Gto.
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